lunes, 30 de abril de 2007

...Hilos...

Este, mi lado del espejo está frío.
Las preguntas
van tomando forma hasta desdibujarse.
Reflejos efím
eros, sabido es que los espejos no saben mostrar sombras intangibles.
Entonces lo inasible de este extraño sentimiento
no se esfuma, sino que simplemente no se refleja.
Tu lado de m
i lado está vacío, pero las voces que se acercan y se alejan no terminan de irse, ni siquiera en sueños.
La noche te
nombra y me busca, y deshace las costuras que nos unen en hilos de coherencias invisibles.
Hace frío, e
s cierto, y los sonidos innegables de un afuera dan pinceladas de una realidad necesariamente construida.
Esta soy
yo, o al menos la complicidad del mundo insiste en afirmarlo: este manojo de sensaciones, de ilusiones tejidas pacientemente, esta ausencia en los sonidos.
La búsque
da arrastra años de resultados absurdos, el paso interrogante nunca se detiene.
Al menos estas palabras dan fé de mí y mi re
mota existencia: atisbos diminutos de realidad atada en letras.
Mi lado de
mi lado es este. Y aún así no me encuentro.






Imagen: Van Gogh

domingo, 22 de abril de 2007

Azul

A veces te siento como un crucigrama.
Enredo inherente al estado de cosas.
Esa, la niña asustada, corre por el bosque.
En esos lugares voluntariamente deshabitados
estás.
Siendo ese: todo y nada de este encuentro absurdo.
La necesidad de negarte te confiesa.
Aún de esta manera azul no puedo callar.
Mis ojos gritan.
Mi claustrofobia de mí no me deja salir.
Aquí dentro, atascada.
Con nudos en la piel por las cosas nunca dichas,
por las no hechas.
La morada en la que habitás incómodamente te reclama.
Lugar de vacío espacio-temporal.
Averno de letras cómplices.
Esa, la luna que me observa desde adentro, te evoca.
Y aunque eternamente me calle tus propios silencios
sigo siendo tu voz.
La niña asustada corre en círculos, te caen piedras
en la frente.
Se puede saber, aún sin saberlo...
A veces te leo como un crucigrama.



*You reached for the secret too soon...you cried for the moon*

lunes, 16 de abril de 2007

...Sorteo de señales...


Hoy viniste a reclamar
los pedazos de conciencia que d
esparramé,
que te hubiera regalado.
Esa idiotez efímera,

esta venganza del nunca más.
Este corazón amordazado,

este silencio podrido de gritar.
Hoy buscás este desprecio,

esa locura detrás de tu espejo.
Esa ignorancia que me prestaste
para envolver mis palabras.

Hoy plantaste bandera.
A este final de nunca acabar.

Este sorteo de señales.
Esta sordera en tus ojos...

Y dónde irás si te callo?
A esa cárcel que elegiste.
Ese encierro de reflejos.

Espejismo de un adiós.
Hoy estás entre mis hojas.

Otra vez llora mi tinta.
Hoy me desvelo pensando
cómo será TU jamás...





Imagen: Xul Solar

viernes, 13 de abril de 2007

Ella.....parte III

Otra vez es ella y sus cicatrices: heridas viejas.

Ella y su poder de no ser y no ver. Su ingenuidad silenciosa en un bar. Exceso de tabaco y café, ceguera. Palabras y sentimientos fuera de control, mientras le ofrecen flores.

Flores: muerte evidente en las horas, instantes que se queman, algunas despedidas.

Cuando el infierno y el cielo ya le dan igual. Cuando miradas hablan y duele un callar.

Minutos perdidos en algún espacio en el que no está.

Ella siempre está, siempre vuelve, testigo atávico de esta locura. Rehén de una memoria que no perdona, presa del rencor silencioso.

Sigue siendo ella. Fiera y flor, cazadora y dulce.

Paciente en los reencuentros espontáneos, ausente en muchos besos terrenales.

Sí, sigue ella tan pequeña, tan insignificante. Está en cada centímetro de la hoja en que se busca. En cada letra. Sus ojos no saben del silencio. Ni de ubicaciones, ni de tragedias.

Ella que encuentra todo y no el espejo. Ella, la que flota en la ilógica de la ausencia.

Ella, que es vida ajena, que siente calma, que habla despacio hacia adentro y no se puede escuchar.

Ella siempre vuelve y nunca está en paz. Hasta que siempre y nunca dejen de tener sentido estricto.

Hasta que el material de sus sueños se vuelve vida.

La muerte ronda esa inconsciencia que se hace nombre. Un nombre que esta vez le tocó nombrar.

Ella está y no. Grita verdades o no tanto. Ella es cobarde pero no mira atrás. Ella debe querer o quiere deber lo que no encuentra.

Salpica palabras, que brotan apretadas y solas. Ella y su sentido extrasensorial.

Quiere dejar de ser para ser. Quiere ver. Y está muda. Frente a un camino abierto.

Ella se va a ir de este mundo. Sin miedo. Se va a ir porque nunca estuvo. Allí. Ella sólo está en esos ojos.

Ella no puede ser lo que nunca fue, aunque quisiera, no puede morir porque no nació. No sabe abandonar porque nunca tuvo. Sólo puede gritarle a la noche que ya le duele.

Admitir que es mundo y es realidad. Ella en un material que se hizo carne. Y dos.

Ella que notó que es ser porque le duele. Ella es una conciencia que se hizo sombra, carcelera de un alma.

Ella, esclava de una sonrisa y dueña de lo que calla. Ella que quiere ser prófuga de la razón: ella soy yo.

(14/08/06)




Autor:Salvador Dalí