jueves, 18 de junio de 2009

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Hay, acaso, peor consejera que la incertidumbre?
Tortura más cruel que la duda?
Aún eliminando los tiempos potenciales del verbo...
dejaríamos de pensar en qué hubiera pasado?
El sólo hecho de no verbalizar los pensamientos
no los hace desaparecer.

Desde niña supe que todas las cosas comienzan
a "existir" en el mundo de lo posible.
Suponerlas les abre la puerta,
les da esperanzas de poder existir.
El mundo de lo posible es así:
invisible para lo no pensado
y morada de los verbos potenciales.

Es el albergue de muchas esperanzas
y a su vez hogar de numerosas cobardías.
La puerta de ese mundo, una vez abierta,
tiñe de posible a todo lo pensado.

Entonces, la dimensión del ES o NO ES,
se hace aún más débil de lo que ya "es".
Lo que podría haber sido también/tampoco existe.